Cuando inicié esta plataforma poco imaginaba yo el impacto que tendría y sobre todo de la cantidad de mujeres que se identificarían conmigo alrededor del mundo: Con mi humor negro, mi alma de poetisa y mi sed de aprender siempre algo nuevo.
Entonces a medida que fue creciendo la cuenta y su interacción, mi hija en ese entonces de 9 años (ustedes saben para los hijos somos casi que primas de Neferteti y Cleopatra, Sorry mamá yo también lo pensé) me comenzó a decir que era la influencer de “Doñas como yo” jajaja me pareció super gracioso, pero cierto… ¡Vamos que ya me faltan 3 para los 40! y si, me encantan las plantas, disfruto del silencio, me paso horas en los pasillos de limpieza, leo las etiquetas de los productos, en fin… me tocó aceptarlo y me encantó porque a parte la palabra Doña no la porta cualquiera. Así que habemos Doñas de todas las edades, porque ser Doña es una actitud, no un número.